Thursday, April 23, 2015

Week XI: La Trova Yucateca




Cuando escuchaba las canciones que Tony nos ofreció, otra y otra vez escuché alguna referencia a los ojos.  Obviamente estaban obsesionados con los ojos, y, bueno, ¿quién les culpa?
Ojos tristes:  “tienen tus ojos un raro encanto…” y Peregrina:  “peregrina de ojos claros y divinos…” son los dos ejemplos que se me ocurren en este momento pero les aseguro que hay más y más.

Había escuchado la palabra “trovador” antes, hace unos años, cuando unos amigos me dijeron que iban a algún evento, de algún músico cuyo nombre se me escapa en este momento, y no sé cuándo se me regresará.  El chiste es que cuando me dijeron esto, me dijeron que era un trovador, y cuando me explicaron qué era eso, la idea que quedó conmigo era de un hombre, sentado en un banco, solito, con su guitarra.  Mucho que ver con la imagen abajo, mas en un escenario en vez de afuera de una ventana que sirve para encerrar a la mujer:

 Trovador / Serenata, Yucatán, 1930s (deYMR)


Y por eso, la idea que yo tenía era de un escenario, de las cortinas rojitas que se suben al principio, como para revelar el presente que se esconde adentro, un regalito que se presenta a través de los sonidos que surgen de las cuerdas de la guitarra humilde, lista para dar homenaje a tus ojos lindos.

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