Okay okay, el título no tiene nada que ver con México.
Pero para mí es una manera fantástica para empezar un cuento, lo mejor que yo
he visto hasta la fecha. Siempre me hace
pensar en los Muppets. Pero bueno, eso sería
un tema para otro día, tal vez en el de “la casa y el recuerdo.” Ya empezamos, ¿sí?
Quieren que me describa, ¿verdad? Pues, la cuestión de la
identidad es algo muy difícil, para mí por lo menos. Es algo de filosofía, algo de reflexión, algo
de que aún no estoy 100% segura.
Un nombre es muy importante.
Somos seres humanos y tenemos nombres y si tú me dices güera mientras yo
estoy hasta las chanclas vas a ver qué te pasa.
No te va a gustar, así que te recomiendo que me digas por mi
nombre. Yo soy más que el color de mi
piel, gracias.
A veces soy Alicia, a veces Joakina. Depende.
Con quién estoy, por dónde ando… A veces me dicen Joakas o Joakis. Eso me gusta, sólo buenos amigos me dicen así. Un sobrenombre para mi apodo. Para los que quieren saber cómo es que me
regalaron este apodo, aquí les va:
Asi que la Alicia fue bautizada como la Joakina y la leyenda comenzó. La Joakina es desmadrosa y eskandalosa,
borracha y loca, grosera y la mera bandera.
La Alicia todavía sale, usualmente en las situaciones en las que hay que
hablar bien, con los suegros por ejemplo.
La Alicia es de California y la Joakina de Baja California. Puro Skalifas. Yo sigo buscando un compromiso entre sus dos
historias, entre sus dos seres. Tá difícil,
déjenme les digo. La verdad es que yo me
siento como si fuera de la mera línea de la frontera. Ni de aquí ni de allá. ¿Qué son fronteras de todos modos? Líneas
imaginarias en la tierra. Y se cambian.
Dale tiempo, se cambiarán ya. Yo
no pude escoger en donde yo nací. Y por
eso yo digo que no importa de dónde yo vengo sino a donde yo voy. Eso es lo que tiene más valor, para mí. Porque son mis acciones y mis decisiones que afectan
eso, y tienen mucho más que ver
con quién soy.
No comments:
Post a Comment